miércoles, 25 de mayo de 2016

El milagro


Los sobrevivientes del vuelvo 571 lograron vivir durante 72 días perdidos en la Cordillera de Los Andes, soportando temperaturas de hasta 40° bajo cero.
Luego del accidente por la desorientación del piloto y la colisión del avión, fueron 32 los que sobrevivieron, pero con el paso de los días sólo 16 lograron ser rescatados.
De los 32 sobrevivientes, 4 murieron la mañana siguiente congelados, al octavo día falleció la hermana de Nando Parrado por lesiones internas, murieron 8 personas más por un alud que ocultó los restos del avión y hacia los últimos días previos a la travesía que lograría su salvación, 3 de ellos murieron por debilitamiento.



Fueron tres pasajeros los que tomaron la decisión de enfrentar las condiciones climáticas y caminar por las montañas sin tener experiencia ni el equipo apropiado para sobrevivir y de todas formas lo lograron: Nando Parrando, Roberto Canessa y Antonio Vizintin. "Tintìn", como lo llamaban sus amigos, tuvo que volver con el resto de los sobrevivientes por decisiones internas que mejorarían la organización y la sobrevivencia. 

Luego de diez días en la expedición, Roberto comenzó a debilitarse. La carne que llevaban consigo había comenzado a descomponerse debido al aumento de temperatura al llegar a la Cordillera de San Fernando. Comenzaban a perder sus esperanzas cuando por fin divisaron a quien iba a ser su salvación.



  Nando y Roberto ven en la otra orilla a un huaso chileno que los observa. Nando intenta comunicarse con él, pero el fragor del río no lo permitía, solo escucha un débil "mañana".
  Esa noche durmieron esperanzados junto a una fogata y por la mañana logran observar a tres hombres sentados al calor de una hogera. 
  Al descubrir que no pueden comunicarse por el estrépito del río, el arriero escribe algo en un papel, lo ata con un lápiz a una piedra y la lanza sobre el río.
  Nando lee el siguiente mensaje:

"Está de camino un hombre al que he mandado ir hasta allí. Dime qué quieres"

  Con la conmoción y la estrategia de elegir las palabras juntas agarra el lápiz y, a duras penas, por su debilidad, logra hacerle llegar un mensaje escrito donde dicen ser sobrevivientes de un avión siniestrado: 

"Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?"

  Al reverso había escrito con labial: "¿Cuándo vienen?"

  Ese hombre era su salvación.


La nota que Fernando Parrado le tiró al campesino donde 
escribió con un labial que había encontrado en el equipaje de su madre: "¿Cuándo vienen?"

  Los dos débiles muchachos fueron trasladados a Los Maitenes en caballos, mientras que otros campesinos se dirigían a Puente Negro para informar el hecho y solicitar el rescate. 

Sergio Catalán (centro), el campesino que encontró a 
los sobreviventes en las montañas y llevó los equipos 
de rescate a Los Maitenes para ayudarlos.


"Primera fotografía de Fernando Parrado despuès del rescate"

"Restos del avión durante las horas de rescate"


Foto tomada desde el helicóptero que 
sobrevoló los Andes para salvarlos. 



Los 16 sobrevivientes fueron divididos en 2 grupos de 8 integrantes 
para ser transportados desde el lugar del accidente hasta Chile. 
El operativo duró 2 largos días, donde el primer grupo viajó en helicóptero y el segundo hizo el viaje a caballo tras negarse a ser trasladados por aire.


Alguno de los sobrevivientes se relajan en el hospital de Santiago.


Fernando Parrado dando su primer trago de agua, 
luego del rescate



El 24 de Diciembre, los 16 sobrevivientes se encontraban 
a salvo, festejando Nochebuena en Santiago de Chile

Fernando Parrado y Carlos Paéz celebran 
Noche Buena en Santiago de Chile con parientes y amigos.


Tras un largo tratamiento psicológico y grandes intervenciones médicas 
para resguardar su salud, los sobrevivientes fueron trasladados desde 
Chile hasta Uruguay el 25 de Diciembre de 1972.




















Carlos Paéz abrazado por su padre quien
había recorrido los Andes durante semanas 
por iniciativa propia en la desesperada 
búsqueda de su hijo.

Roy Harley, el joven que salvó a algunos de los sobrevivientes 
de morir asfixiados tras el alud que sepultó medio fuselaje, 
en brazos de su madre.


No se le permitió a la prensa dialogar con ellos hasta que estuvieran aptos para contar lo ocurrido sobre sus estrategias de supervivencia.

¿Cómo lograron sobrevivir?
Este es un tema que trajo mucho debate una vez que 
se conoció el motivo por el cual no murieron de hambre.
La antropofagia se le denomina a la actividad de comer la carne de la propia especie.
Aquellos que sobrevivieron al accidente utilizaron este tipo de alimentación para no morir de inanición.

Los sobrevivientes de la tragedia durante la conferencia 
de prensa que ofrecieron en su regreso a Uruguay donde 
confesaron que había vivido de los cuerpos de 
familiares y amigos fallecidos.





"El Milagro de Navidad", así fue llamado el rescate
 que finalizó el 23 de Diciembre de 1972.
Tal como lo había prometido uno de los expedicionario,
en Navidad se encontraban reunidos con sus familias
festejando el regreso, el reencuentro y el milagro.









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